lunes, 19 de enero de 2015

MOTIVOS PARA NO CORRER MINIMALISTA


Mejor no correr minimalista si...


... Si no eres paciente y tienes prisa por los resultados; si no eres capaz de controlarte durante los primeros meses; si no resistes un entrenamiento que dure cinco minutos y hayas de volver a casa con la sensación de que "no has hecho nada"; si no eres capaz de olvidarte de los entrenamientos, ritmos y distancias que hacías antes.

... Si no dejas de pensar en el rendimiento, olvidándote de la velocidad, de tus marcas personales; si no eres capaz de pensar que necesitas un tiempo para adaptarte, para que asimilen tus pies, tendones, ligamentos, músculos y huesos todo este proceso; si no estás dispuesto/a a "sacrificar" este tiempo que te estás dando para mejorar tu técnica de carrera, tu pisada, tu paso... integrándolo todo poco a poco, aprendiendo desde la base, bajando el ritmo siempre que haga falta.

... Si no confías en el cambio, en el proceso y la integración de una manera de correr sensitiva, consciente, de sentir la Tierra bajo tus pies; si no estás dispuesto/a a aprender de todo lo que te encuentras de nuevo en tu experiencia, tanto las alegres sensaciones como las molestias y los inconvenientes que aparezcan.

... Si tienes problemas anatómicos, biomecánicos o médicos que te lo impidan; si tienes algún impedimento grave que necesita la atención de un especialista.

Correr minimalista NO ES la solución a todos los problemas que te has encontrado com corredor/a. Valora. No existe panacea universal. Sólo es una forma de correr que te ofrece la posibilidad de volver a sentir la Tierra bajo tus pies sin artificios, sin obstáculos, directamente, y que se disfruta cuando se hace así: conscientemente, con paciencia y con constancia, ofreciéndote la posibilidad de asimilar la experiencia en el tiempo que te haga falta.


"El pie humano es una pieza maestra de ingeniería y una obra de arte"

Leonardo da Vinci


sábado, 17 de enero de 2015

10K Divina Pastora, 11/01/2015 (Valencia). ENIX SANDALS 070

Primera carrera con sandalias


  • Once de enero de dos mil quince. Paseo de la Alameda de Valencia. Más de once mil runners se han dado cita. Ambiente fresco y único, después de las fiestas navideñas. No demasiado frío para mi (11ºC), en un extraordinario día luminoso de cielos claros.
  • Dos días antes lo había decidido: esta sería la primera carrera del año, la primera con las sandalias huaraches, mis ENIX 070, hechas por el amigo Jordi Maldonado. Las sensaciones habían sido buenas, definitivamente buenas para correr con ellas.
  • La primera vez también que iba a "hacer de liebre". Siempre hay primeras veces en esto del correr, las que no se olvidan nunca. Ahora era el momento de Nuria y tenía la responsabilidad de marcar un ritmo específico para ella, sin olvidarme de que mi carrera también tenia el encanto, no de la distancia, sino más bien de la manera de afrontarla con mi nuevo "calzado mínimo".
  • Sentía los nervios de Nuria y los del ambiente que me rodeaba a flor de piel. Mi actitud era la de conservar la calma en la medida en que no nos lanzáramos frenéticamente desde los primeros momentos. Me mantenía tranquilo y contento. Caminamos hacia  el arco de salida andando, decididamente. Pasan cuatro minutos y medio desde que comenzaron a correr los de la elite en cabeza de carrera. ¡Parece mentira, pero es que somos mucha gente! Prácticamente no hemos calentado y Nuria me mira como diciendo "¿será así toda la carrera?" ¡Casi seguro! El primer kilómetro vamos con ritmos mucho más lentos, entre 6:30 i 7:00 min/km y nos sirve de calentamiento. También disminuyen los nervios y comenzamos a contagiarnos del ambiente festivo de este 10K. A los 2000m ya hemos ganado 30 segundos, dirigiéndonos al puente del "jamonero". Ya me he percatado de la presencia de algunos minimalistas, pero por aquí veo el primer descalzo. ¡Tan pronto y ya lleva las zapatillas en la mano!. Me sorprende y le pregunto. Resulta que lleva un tiempo corriendo descalzo y se quita las zapatillas nada más comenzar la carrera. ¡Hay gente increíble! Se llama Óscar y lo invito -¡cómo no!- a conocer un grupito de minimalistas y descalzos que nos reunimos los lunes a las ocho de la tarde para entrenar, bajo el puente de la "peineta". (Tenemos unos cuantos puentes de Calatrava en Valencia, hechos en una era de "calatravitis aguda"). Como una buena alumna, Nuria se acuerda de cambiar el paso en la subida del puente. Miradas cómplices. Perfecto. Bajamos el puente más alegremente. Vuelven las miradas: sí, relajando un poco y dejando un poco el centro de gravedad hacia detrás, recuperando hasta los 6 min/km clavados.
  • Hemos girado 180ª por la otra orilla del antiguo lecho del Turia. Los kms 3 y 4 van pasando al ritmo controlado entre 6 y 6:25, alegremente. Empezamos a diversificarnos y tener más huecos entre corredores. Es el momento en el que empezamos a pasar a mucha gente. Así continuamos por Jacinto Benavente y la Ciudadela, donde se arma un poco de jaleo con el único avituallamiento de agua. Nos agarramos dos botellitas y damos unos sorbos; pero, nada más dejar la Glorieta y girar hacia Viveros, vemos con mucha emoción a las hijas de Nuria y a Miguel, su marido, como a mi mujer, Ana, que nos hace las fotos al paso. Hemos completado el ecuador de la carrera. Nuria va tan contenta que prácticamente no es consciente que se acelera. Eso también me anima porque veo que vamos muy bien y sobrados de fuerzas.
  • Es el preciso momento en el que soy más consciente de cual es el ritmo que llevamos. Es adecuado. Tengo mucha confianza. Continuamos igual por delante de los Jardines de Viveros y girando por la avenida de Blasco Ibáñez, también pasando corredores todo el tiempo. No exageradamente, pero pasando... Entre 5:50 y 6:20 min/km llegamos al km 8, bajando la avenida de Aragón. Divisamos la Alameda de nuevo y ya tenemos la sensación de estar llegando al final. "Lo vas a conseguir" no dejo de decirle. Asiente con la cabeza Nuria. Vamos oscilando en los mismos ritmos. Tranquilos pero firmes. Noto que no le hace ninguna gracia tener que ir hacia el Palau de la Música, cuando sabemos que el arco de meta está justo en la otra dirección; pero estemos acabando y no es el momento de desanimarnos. Se lo vuelvo a señalar: "lo vas a conseguir, Nuria, lo vas a conseguir! Ya está!". Ahora sí: después de girar 180º ¡quedan apenas 1000m! ¿Y las sandalias? A penas he sido consciente de correr con ellas. De tanto en tanto, he dirigido mi atención a los pies y a mi manera de correr... Pero no he tenido ningún signo de fatiga. Solo una piedrecita que me molestó muy al principio y de la que me olvidé enseguida.
  • "Ahora sí que sí, Nuria. Pasaremos el arco de meta juntos, de la mano. Prepárate: es tu momento, disfrútalo, ríe, llora, grita... haz lo que quieras. Lo has hecho. Reto conseguido. Ahora es de verdad!" Y, aquí tenemos delante nuestro tres carros de los compañeros y compañeras de AVAPACE, con los niños con parálisis cerebral y unos extraordinarios y luchadores padres y madres. Los pasamos en cuanto encontramos un hueco y corremos los últimos 400 metros lanzados, sin ninguna sensación de fatiga. Todo lo contrario. No sabemos de donde vienen, pero tenemos fuerza para el sprint final, yendo de los 6:10 a los 4:54 min/km al arco de meta y toda una sensación imborrable de triunfo y sonrisas espontáneas. Fotos, abrazos, felicitaciones... Y ya estamos pensando y comentando poco después ¡qué carrera será la siguiente!