domingo, 18 de diciembre de 2016

El "sesgo negativo" ¿qué es?

Qué es y qué significa el "sesgo negativo"

                        
                        A cualquier atleta corredor de largas distancias, en asfalto o en montaña, como a cualquier ser humano en situación de estrés, le ha ocurrido alguna vez que, cuando se ha encontrado en lucha con su cuerpo y con su mente, en un instante de incertidumbre, no puede saber quién de los dos ganará: si su fuerza de superación ante el obstáculo ( nuestra fortaleza interior), o su debilidad ante las dificultades que se presentan y la duda de si será capaz de superarlas.
Estas situaciones son "estresores", causantes de estrés. Nos encontramos, entonces en un momento de lucha entre nuestra capacidad de afrontar y nuestras habilidades. Y lo mismo ocurre en la carrera que en la vida diaria: se produce la conocida respuesta de "lucha, huida o bloqueo".





                       Este mecanismo evolutivo de supervivencia que poseemos como especie,  es un recurso biológico de nuestro cerebro que vamos a conocer, saber cómo nos puede afectar y cómo lo podemos usar como señal de alarma. Para ello, me tomo la libertad de citar al neurocientífico Dr. Rick Hanson:
       
             "Para asegurar la supervivencia de nuestros ancestros en medio de condiciones extremadamente duras, y en ocasiones letales, se fue desarrollando una complicada red neuronal que continuamente rastreaba la aparición de posibles amenazas (tanto fuera, en el entorno, como dentro de la mente), reaccionaba ante ellas, las almacenaba y era capaz de recordarlas.
            Como consecuencia de esto, prestamos mucha atención a lo negativo, no solo a las amenazas sino también a las pérdidas y a los abusos que se producen a nuestro alrededor, así como a nuestras reacciones emocionales, como preocupación, tristeza, resentimiento, decepción y rabia. También nos centramos en nuestros errores y en nuestras flaquezas, además de en los sentimientos de culpa, vergüenza, incompetencia y hasta desprecio por nosotros mismos que ocasionan.
               Por supuesto, es importante ser consciente de aquello que podría hacernos daño y combatirlo. Y, por supuesto, resulta muy útil superarse y mejorar la mente y el carácter.
           Pero debido a esa tendencia (natural y evolutiva) del cerebro a fijarse principalmente en lo negativo, la mayoría de nosotros suele ser bastante extremista. Y esto realmente es injusto. No es razonable centrarse en esa pequeña porción que va mal e ignorar o quitarle importancia a todo lo bueno que nos rodea. Entre los resultados de esa ausencia de perspectiva se encuentran la ansiedad, el pesimismo, la depresión y la inseguridad. Además, poner énfasis en lo negativo también nos vuelve desconfiados o desagradables con los demás.
                        Sin embargo, si equilibras la tendencia natural del cerebro haciendo un esfuerzo por fijarte en lo bueno (sobre todo en esas pequeñas cosas de las que estás contento), te sentirás más feliz, más en paz con el mundo, más abierto a los demás y más dispuesto a luchar por tus sueños. Y esa alegría, al crecer, irá disolviendo de forma natural tu estrés, con lo que obtendrás también beneficios para tu salud, como por ejemplo un sistema inmunitario más fuerte.
                        ¡Esto es lo bueno que tiene fijarse en lo bueno!"

        [Dr. Rick Hanson, Wellspring Institute for Neurosciencie and Contemplative Wisdom, "Solo una cosa", editorial Sirio, Málaga 2011, pp. 81-82]



               Así que, la estructura neurológica que dispara esta señal de alarma en nuestro cerebro es la amígdala, en 2/3 de sus neuronas. Es por lo que el Dr. R. Hanson describe este mecanismo como un sesgo, como una reacción evolutiva que funciona "como velcro para las experiencias negativas y teflón para las positivas". Y si nos habituamos a seguir exageradamente y  no controlamos esta reacción, nuestro cerebro "toma la forma de la mente sobre la que descansa". Es decir, reforzamos esta tendencia. La habilidad humana está hoy día, precisamente, en la inversión de esa tendencia, de ese sesgo: en el control voluntario situado funcionalmente en las áreas de la corteza prefrontal (CPF) de nuestro cerebro. La situación amenazante disparará (mediante la hormona cortisol) todo nuestro metabolismo del estrés, alterando nuestro pensamiento, nuestras emociones y nuestras sensaciones. Pero, la buena noticia es que, siendo conscientes y estando atentos a esta reacción, podemos cambiar nuestros patrones de pensamiento e incluso el "cableado de nuestro cerebro" -lo que se llama neuroplasticidad- y tomar la dirección y el timón hacia lo bueno, lo positivo, razonable y creativo en nuestras vidas y en nuestra carrera.



             *Las cursivas y negritas son mías.          

             [En la próxima entrada, veremos cómo dominar este sesgo negativo.]

2 comentarios:

  1. Que mecanismo utiliza el cerebro para bloquear una sensación negativa

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    1. La sensación negativa no la vas a eliminar. Es una señal natural que "inteligentemente" te manda tu cuerpo de que algo no está bien. Después de sentir, si no desconectas voluntad (lóbulos prefrontales), puedes evaluar la situación y tomar una decisión coherente con tu situación.

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