miércoles, 11 de mayo de 2016

Estrategias para correr con la mente de la "atención plena" (2)


ENTRENAR (TAMBIÉN) LA MENTE


ALGUNAS ACLARACIONES

1. Antes que nada, hemos de distinguir si cuando hablamos de entrenar, estamos refiriéndonos a un nivel competitivo o simplemente recreativo.
 Evidentemente, si nos estamos entrenando para mejorar nuestros registros, nuestros cronos, de cara a un objetivo de competición, nuestras estrategias cambiarán y seguirán una pauta que nos sea favorable en orden a la mejora; es decir, buscando la optimización del rendimiento. Si, por el contrario, se trata de entrenar de un modo más relajado y sin esa "presión" por la mejora y acercamiento al objetivo competitivo, no nos preocupará tanto el rendimiento como el sencillo disfrute del movimiento y del entrene que nos mantiene en una forma adecuada a nuestras necesidades.

2. No todo es blanco o negro puros. Existen muchos matices y gradaciones tonales entre las estrategias asociativas o disociativas. Podemos utilizarlas según nos convenga en diferentes momentos, conforme  nuestro estado de ánimo y necesidades.
 Si necesitamos distracción y distensión, utilizamos las disociativas, como la música que nos agrade y motive,  por ejemplo. ¿Por qué no? La música nos puede ser muy útil para ello.
 Si lo que necesitamos es concentración, atención, a un ejercicio determinado y exigente como pueden ser la series de velocidad en pista, muy posiblemente, podemos dejar la música para el momento previo como parte asociativa a nuestra motivación inicial, Pero, en el momento de las series de velocidad, dejamos el dispositivo que utilicemos para escucharla y atendemos a nuestro cuerpo, sensaciones, percepciones, esfuerzo y atendemos con todo nuestro ser a todas las informaciones que llegan a nuestro cerebro. Por ejemplo, también durante una ultratrail, podríamos necesitarlo todo: momentos de distracción y momentos de extrema asociación y concentración, por ejemplo.



3. Lo más conveniente es no cerrarse a utilizar -o no utilizar- estas estrategias, sino combinarlas, experimentarlas todas, aprender qué nos conviene o nos funciona mejor, en qué momento, en qué manera... y, así, no depender de fórmulas cerradas, sino de nuestra propia experiencia, sin prejuicios de ninguna clase. Hemos de saber qué es lo que nos sirve y por qué; lo mismo que saberlo utilizar adecuadamente. Porque, al final, tanto si nos preparamos para la competición como si no, ganaremos mucho al ponemos el disfrute como principal objetivo.
 Hace tiempo un atleta afirmó: "cuando más disfruto, mejor corro; y cuando mejor corro, más disfruto".

4. Cómo se encuentre nuestra mente es un factor muy importante a la hora de entrenar con solidez, para satisfacer nuestra motivación y llevarla a la práctica de la carrera. No deberíamos olvidarlo. ¿Cuántas veces nos ha ocurrido que, tras un día de trabajo, correr nos despierta y nos aleja de preocupaciones, problemas, enfados y estados emocionales negativos, proporcionándonos un "descanso" temporal? ¿Cuántas veces nos ocurre que si arrastramos el enfado hasta el entrene y no sabemos deshacernos de él, nada de lo que hacemos resulta igual de satisfactorio y éste se vuelve agrio o insustancial? Unas veces necesitamos la compañía del grupo y unas pocas palabras amistosas para sentirnos bien. Otras, la soledad del corredor de fondo, dejándonos absorber por el entorno donde corremos, sea el campo, la montaña o la orilla del mar.
Por ello, soy de la opinión y de la práctica de utilizarlo todo en su momento, aprendiendo qué es lo que me conviene. Todas las técnicas psicológicas y estrategias para configurar mi interior a mi entrenamiento específico en cada momento. Esto es lo que quiero transmitir.





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