miércoles, 18 de mayo de 2016

Estrategias para correr con la mente de la "atención plena" (6)


ENTRENAR (TAMBIÉN) LA MENTE

De las estrategias psicológicas al entrenamiento interno

3. ACTITUD Y CONDUCTA


   De una manera natural, mientras vamos creciendo como atletas mediante la disciplina y la constancia del entrenamiento, mientras nuestro esfuerzo va dando sus frutos -a su vez- también va creándose un estado interior de mayor confianza en nosotros mismos, en nuestra capacidad. Siempre que no nos dejemos llevar por la ansiedad y el estrés, vamos acumulando esta confianza y va creciendo nuestra autoestima como corredores y corredoras. ¿Por qué? Porque quizá no nos hemos dado cuenta de que nuestra mente acompaña a este proceso y crece con nuestros músculos, ligamentos, tendones y huesos. Somos un complejo cuerpo-mente en movimiento.

   Si actuamos con autoconfianza y con optimismo, comenzaremos a sentirnos así. Creando este estado de fe en nosotros mismos, creamos también el resultado: el logro de un optimismo creciente, cada vez más arraigado, más fuerte. Iremos disolviendo las dudas a medida que vayamos sintiendo el progreso en la práctica. Así, reforzaremos nuestro entrenamiento físico con esta "actitud de crecimiento". Seremos entonces más conscientes de que son las actitudes las que justifican nuestra conducta.



4. ÉXITO Y MOTIVACIÓN


   En nuestro particular mundo del correr, nos parece que la motivación es siempre "lo que va primero", pero no es exactamente así. La motivación -que es también nuestra actitud hacia el correr-, es conseguir el éxito. Para la mayoría es conseguir el objetivo, alcanzar el logro. Por tanto, tener éxito en nuestro empeño es lo más motivador. Nos sienta tan bien conseguirlo que deseamos repetirlo una y otra vez, incesantemente, volviéndonos cada más ambiciosos.

   Es precisamente la acumulación de logros la que nos da esta sensación de éxito. Ya puede ser la prueba que sea: en la distancia que corremos, en nuestras Mejores Marcas Personales (MMP), en nuestros cronos de velocidad... El éxito de cada prueba, de cada carrera, de cada semana, mes o ciclo de entrenamiento es una motivación para la conducta siguiente. Todos esos logros son acumulativos y van generando motivaciones internas que se refuerzan constantemente. Hasta que llegue el momento del logro final y alcancemos el objetivo que nos habíamos propuesto.


Sin motivación, no hay esfuerzo.
Sin esfuerzo, no hay disciplina.
Sin disciplina, no hay éxito.


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