martes, 17 de mayo de 2016

Estrategias para correr con la mente de la "atención plena" (5)


ENTRENAR (TAMBIÉN) LA MENTE

De las estrategias psicológicas al entrenamiento interno

2.  OBSERVA TU RENDIMIENTO

   Lo que más nos preocupa de nuestros entrenamientos es la mejora de nuestro rendimiento. Para ello, lo primero que hemos de considerar y no perder nunca de vista es que, como humanos que somos, nuestros avances no son lineales, sino cíclicos. Por tanto, dependen de la formulación de nuestros objetivos específicos y de la aplicación en unos entrenamientos y preparación para la semana, el mes y el trimestre, así como para el año, incluyendo períodos de descanso y recuperación.



   Nuestro aprendizaje interno, en todos estos ciclos, cortos y largos, nos tiene que llevar a un estado de activo de "afinar" nuestro cuerpo manteniendo un nivel de tensión adecuado: ni demasiado tenso, ni demasiado laxo. Como si estuviésemos afinando una guitarra, ni flojo ni tenso, en la nota justa. Una mente entre la tensión y la despreocupación. Si estamos demasiado tensos y activos, nuestro Sistema Nervioso Central también se activa en exceso, produciendo cambios neurofisiológicos que nos resultan útiles para la carrera, para el entrenamiento. Tales como un aumento de la frecuencia cardíaca por encima de nuestros umbrales de trabajo, un mayor consumo de oxígeno (VO2), mayor pérdida de líquidos y sales por sudoración, micción excesiva... Por el contrario, si trabajamos muy por debajo de nuestro nivel, el entrenamiento nos servirá como recuperación, pero no aumentará mucho, probablemente, nuestro rendimiento.



   La clave, pues, es ese nivel en el que "afinar" y armonizar nuestro esfuerzo. Para ello, la actitud que deberíamos aprender es la de estar relajados y confiados en que los entrenamientos dan un resultado y por ello los seguimos. También es muy importante que no descuidemos y vigilemos que estamos manteniendo un bajo nivel de ansiedad a la hora entrenar. Y, por último, ir revisando de vez en cuando aquellos objetivos que nos hemos podido imponer poco realistas o abrumadores.


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