miércoles, 8 de noviembre de 2017

Sakyong Mipham, CORRER Y MEDITAR. Enseñanzas para entrenar el cuerpo y la mente. (Resumen 6)

QUIETUD APACIBLE Y CONTEMPLACIÓN

"Una vez amansada la mente, entramos en las etapas de pacificación y pacificación a fondo. Empezamos a aquietarnos apaciblemente. En tibetano se conoce como shiné (en sánscrito, shámatha)."




"En la etapa de la focalización nuestra mente deja de estar distraída. En la etapa siguiente -ecuanimidad- la mente es fuerte, estable, clara y alegre."

Sakyong Mipham asegura que "enseñar a meditar a quienes corren es a veces más fácil que enseñar a los que no lo hacen, porque los corredores tienen una sensación natural de la respiración. Para los corredores, trabajar con la respiración es algo simple y directo. Aunque sea así, resulta difícil establecer la quietud apacible mientras corremos.
¿Por qué? A fin de acceder a la mente hay que domar al caballo salvaje. Eso se logra mediante la aplicación constante de la técnica meditativa. Aunque correr conlleve diversos beneficios mentales, no se suelen lograr al domesticar al caballo salvaje, sino al agotarlo." (...) "La claridad y la paz mental que sentimos depués de correr se debe principalmente a que el caballo salvaje está cansado, y no necesariamente a que esté domado. La claridad mental aportada por el ejercicio físico es temporal. Cuando el caballo recupere la energía, volverá a echar a correr. Así que debemos emprender otra carrera, volviendo a agotar a la mente. Utilizar el correr como sistema para entrenar la mente es incidental, mientras que la paz y claridad que llegan con la meditación son acumulativas."

Entonces, hemos de tener claro que el mero hecho de correr no equivale a que sea nuestra forma de meditar, correr no es meditar, puesto que sus beneficios son más efímeros. Lo que quiere decir es que los beneficios de la meditación son, en cambio, acumulativos, no temporales. Que los beneficios corporales, relativamente hablando, con la práctica del deporte son temporales.

Por tanto, "lo ideal sería que nuestra rutina diaria incluyese tanto ejercicio físico como meditación. La formación de la mente puede ayudar a los atletas a obtener más beneficios de su entrenamiento físico. Les ayuda a concentrarse sin distracciones, para que puedan evitar pensamientos negativos (perturbadores) durante las competiciones. Al mismo tiempo les permite desarrollar la capacidad de ser amables y firmes consigo mismos." (...) "En última instancia, debemos apreciar tanto la mente como el cuerpo. El cuerpo es el caballo mágico y la mente la joya mágica."

"Cuando podemos estabilizar la mente con la quietud apacible, avanzamos a otro tipo de meditación basada en el desarrollar perspicacia o visión clara. En tibetano se conoce como lhakthong (y en sánscrito como vipáshyana), "visión clara" o "percepción superior". Con este tipo de percepción podemos afinar nuestra "inteligencia innata", o prajña. Este segundo tipo de meditación es más avanzado. Es básicamente el proceso de educar la mente de manera que extraiga las conclusiones adecuadas. A fin de conseguirlo utilizamos un marco conceptual. Dicho de otra manera, utilizamos nuestro sentido de la dualidad -sujeto y objeto, aquí y allí, esto y aquello- para investigar la verdad acerca de la realidad al contemplar esa verdad. Al observar la verdad como algo separado de nosotros mismos, engendramos una manera de experimentarla, por mucho que la auténtica realidad esté más allá de los conceptos, más allá de la dualidad de esto y aquello.
En la meditación contemplativa, en lugar de emplazar continuamente nuestra mente en la respiración, la trasladamos a ciertos temas potentes, como la generosidad. Cuando la mente se familiariza con ellos, esos temas empiezan a dejar una impronta. Esta técnica funciona con dos principios: el de la palabra y el del significado. Por ejemplo, podemos decidir contemplar el tema del amor. Cuanto más situemos nuestra mente en esa palabra, más se engendra ese sentimiento."

"Al correr tenemos varios pensamientos en mente, así que si nuestra concentración está bien entrenada, podemos dirigirla hacia ciertos temas. Por ejemplo, podemos enfocarla en sentirnos afortunados o agradecidos. Con suficiente familiaridad, esta meditación contemplativa se convierte en nuestra actitud."



Y también señala que "aunque correr no es meditar de por sí, pasamos gran parte del tiempo en nuestra mente, y tras haber reforzado nuestra concentración, podríamos utilizarla de este modo." Así, Sakyong Mipham, nos enseña cómo hacerlo con algunas contemplaciones para utilizar mientras corremos, un poco más adelante en el libro.

Como también no deja de señalarnos que "practicada de manera adecuada, esta segunda clase de meditación conduce al descubrimiento de la sabiduría, que definimos como "comprensión no conceptual". Se trata de conocimiento transcendente, un nivel de consciencia que está más allá del uso de los conceptos para comprender las cosas. La sabiduría que transciende la dualidad. Los constructos de "esto" y "aquello" se disuelven. Eso es lo que llamamos "iluminación", que tiene lugar cuando nuestro conocimiento va más allá de los tres tiempos de pasado, presente y futuro."




Sea cual sea nuestra motivación, como estabilizar nuestra mente y fortalecerla, o usarla para desarrollar sabiduría, lo más importante será siempre "contar con períodos formales de meditación sentada" en los que domar nuestro caballo y conseguir que el jinete sea más hábil.



No hay comentarios:

Publicar un comentario